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viernes, 2 de noviembre de 2012

Capitana Martina Silva de Gurruchaga

Por  Juan Carlos Jones Tamayo

Nació en la ciudad de Salta el 03 de Noviembre de 1790 y fue bautizada en la Iglesia de San Juan Bautista de La Merced por fray Felipe Cazalez, guardián de San Francisco.

Su padre era Don Marcelino Miguel de Silva, quien siendo oriundo de Buenos Aires se radicó en Salta en el último cuarto del Siglo XVIII como Secretario del Tribunal de la Real Audiencia recién creado, ejerciendo más tarde y con alternativas hasta el año 1826 el cargo de Escribano Secretario del Cabildo de Salta.

Su madre fue Doña María Isidora Fernández de Córdoba, salteña, descendiente de los nobles españoles que se establecieron en Salta desde los primeros tiempos de la colonia.

En 1810 contrajo enlace con Don José Fructuoso de Gurruchaga, patriota salteño que acababa de regresar de España donde había trabajado generosamente con su hermano Francisco, con Miranda, los Moldes, San Martín, Pueyrredón, O’Higgins y otros americanos para preparar la revolución que convulsionara América.

Tuvo, esta mujer de carácter, activa participación en la Batalla de Salta, en el apoyo material y espiritual al General Belgrano y la causa de la Revolución de Mayo, como así también en la llamada “Guerra Gaucha”:

En el libro “Historia del General Güemes y de la Provincia de Salta, o sea de la Independencia Argentina”, Tomo II, de Bernardo Frías ( Ediciones Depalma-Buenos Aires-1971)
En la página 487, el autor describe los preparativos secretos de los patriotas en Salta para el apoyo a brindar a Belgrano cuando llegase a dicha ciudad, luego de su triunfo en la Batalla de Tucumán. Téngase en cuenta que Salta se encontraba ocupada por las tropas realistas, incrementadas con aquellas que se habían retirado de Tucumán a ordenes del General realista Pío Tristán ( Nov 1812). Y dice:
“Por otra parte, se alistaban recursos y aun se preparaban ocultamente soldados para auxiliar a Belgrano, cuando llegara; como que Doña Martina Silva, que tenía su casa en los Cerrillos pocas leguas al sur de la ciudad, con toda cautela preparó, armó y equipó con sus propios recursos, una compañía de soldados, los cuales presentaríaa Belgrano el día de la batalla, bajando al campo por las lomas de Medeiros; por cuya brillante actitud muy agradecido aquel general, la premiaría merecidamente.”
El mismo autor y en la misma obra citada en el punto anterior, en su relato del desarrollo de la Batalla de Salta (20 de febrero de 1813), en la página 506, dice:
“ Aparecía también en aquellos momentos, coronando las lomas de Medeiros, gran porción de paisanos a caballo, que al verlos así a lo lejos, como en Suipacha, produciría acaso en el ánimo de las tropas la idea asustadiza de que un nuevo ejército les venía por la espalda, y acabaría por decidirlos a la fuga. La tal aparición se debía a la combinación de algunas decididas señoras patriotas de la ciudad, que aquella mañana montaron a caballo y que apoyándose en la pequeña fuerza que había preparado una de ellas, doña Martina Silva, recorrieron la tierra que quedaba a espaldas de aquellas lomas, que era muy poblada de campesinos agricultores, los recogieron a todos y los arrearon a la batalla.”

Dijo el General Belgrano, dirigiéndose a ella,”Señora, si en todos los corazones americanos existe la misma decisión que en el vuestro, el triunfo de la causa por la que luchamos será fácil”.

Además de los numerosos y valiosos auxilios con que su esposo contribuyera para sostener la Guerra por la Independencia Nacional, ella donó de su propio peculio, en 1820, dos mil pesos fuertes (Aspecto que se encuentra debidamente asentado en fojas 3 del expediente archivado bajo el Nro 171 en la Sección Deuda de la Independencia de la Contaduría General de la Nación. En el mismo expediente, en la foja 2 vuelta, se hace constar que Don José de Gurruchaga “ha ofrecido facilitar cuanto se necesite para sostener la guerra de la Independencia”.)
Falleció en Salta el 05 de Marzo de 1873, rodeada del cariño de su familia y del respeto de la sociedad salteña que perdió con ella a una virtuosa matrona y a una preclara patricia de los días gloriosos de la revolución.

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