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miércoles, 7 de noviembre de 2012

Construcción de la Patria de Pacho O´Donnell

Videos que nos permitirán entender la Batalla de Salta en su contexto histórico. Muy recomendable.

Capítulo 1. Revolución de Mayo.

Capítulo 4. Manuel Belgrano.

Capítulo 5. La Independencia.

Capítulo 6. Martín Miguel de Güemes.

Capítulo 8. José de San Martín.



Batallas de la libertad - Canal Encuentro


Link del programa Batallas de libertad del canal Encuentro. Entre ellas se encuentra la batalla de Salta.


Sinopsis: El triunfo de Belgrano en Salta selló la frontera en la quebrada de Humahuaca. Los realistas nunca más pudieron avanzar hacia el sur. Ese día, por primera vez, se elevó en combate, sin autorización del Gobierno central, la bandera celeste y blanca.

Duración: 26 minutos.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Datos puntuales sobre la batalla de Salta

Daniel Vilca

fecha

20 de febrero de 1813

lugar

Salta

coordenadas

24° 43´ 53´´S 23| 46´ 08´´ O



contendientes


Provincias Unidas del Río de la Plata

Reino de España



comandantes

Manuel Belgrano

Juan Pío Tristán


fuerzas en combate

3.700 hombres y 12 piezas de artillería

3.400 hombres y 10 piezas de artillería


bajas

Patriotas: 13 muertos y 433 heridos

Españoles: 480 muertos y 114 heridos

resultado

Triunfo patriota


El día 19, el ejército marchó por la mañana con la intención de acometer las tropas enemigas al amanecer del día siguiente. Tristán recibió noticia del avance, y dispuso sus tropas nuevamente para resistirlo; alineó una columna de fusileros sobre la ladera del cerro San Bernardo, reforzó su flanco izquierdo, y organizó las 10 piezas de artillería con que contaba. En la mañana del 20 Belgrano  ordenó la marcha del ejército en formación, disponiendo la infantería al centro, una columna de caballería — al mando de José Bernaldes Polledo — en cada flanco y una nutrida reserva al mando de Manuel Dorrego.
     La herida de bala que al inicio de la batalla recibiera Eustoquio Díaz Vélez, segundo jefe de las fuerzas y jefe del ala derecha, mientras recorría la vanguardia de la formación, no fue obstáculo para que volviera al campo. El primer choque fue favorable a los defensores, ya que la caballería del flanco izquierdo encontraba dificultad para alcanzar a los tiradores enemigos por lo empinado del terreno.
Poco antes de mediodía, Belgrano ordenó el ataque de la reserva comandada por Dorrego sobre esas posiciones, mientras la artillería lanzaba fuego granado sobre el flanco contrario. Al frente de la caballería, condujo él mismo una avanzada sobre el cerco que rodeaba la ciudad. La táctica fue exitosa; columnas de infantes al mando de Carlos Forest, Francisco Pico y José Superí rompieron la línea enemiga y avanzaron sobre las calles salteñas, cerrando la retirada al centro y ala opuesta de los realistas. El retroceso de los realistas se vio dificultado por el mismo corral que habían erigido como fortificación; finalmente, se congregaron en la Plaza Mayor de la ciudad, donde Tristán decidió finalmente rendirse, mandando tocar las campanas de la Iglesia de La Merced.
Escudo honorífico otorgado a la tropa tras la victoria de Salta.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Salta : batalla de salta wikipedia
Nota:  otro aporte que se podría agregar

Fragmento de una película donde se recrea la Batalla de Salta

Canal 11 - Historias y Leyendas - Batalla de Salta

Aquí les dejo el video que pasaron el domingo 4 de noviembre sobre la Batalla de Salta (informe especial para niños) en el programa Historias y Leyendas de Canal 11.
Gracias a Rodrigo Alanis.


domingo, 4 de noviembre de 2012

De como un historiador entiende que se construye el conocimiento histórico

Para comprender la lógica del pensamiento histórico...

Este artículo presenta una propuesta para la formación de competencias de pensamiento  histórico. 
1) La conciencia histórica-temporal relacionada con la temporalidad humana, el cambio y el poder sobre el tiempo futuro. 
2) La representación de la historia, como la narración y la explicación histórica, para la reconstrucción del pasado. 
3) La imaginación histórica, como la empatía y la contextualización, unidas a la formación del pensamiento crítico y creativo, y el juicio moral en la historia. 
4) La interpretación histórica basada en el análisis de les fuentes históricas, en la comparación o contraste de textos históricos, y en el conocimiento del proceso de trabajo de la ciencia histórica. Nuestra propuesta de formación del pensamiento histórico está relacionada con la formación democrática de la ciudadanía.
Les dejo el enlace del interesante articulo de Antoni Santisteban Fernàndez: La formación en competencias del pensamiento histórico.
Tambièn nos acerca una idea de còmo comprender  porque los alumnos no abstraen ciertos temas históricos, y còmo debiéramos abordar el asunto desde otro giro pedagógico.


Fuente: 

Las corrientes historiográficas argentinas

Del modo como relato la historia....


Esta nueva entrada tiene que ver con la influencia que tienen las corrientes historiográficas sobre los discursos de época...y cómo esos discursos se hacen presentes en los demás discursos que construyen una sociedad.

Los relatos y narrativas que construyamos en nuestras producciones en cierta manera tendrán que ver con la influencia que sostengamos desde las lecturas realizadas...

 Las corrientes historiográficas argentinas se pueden clasificar en:
- Historiografía decimonónica - liberal – mitrista que originó la Nueva escuela histórica
- Revisionismo, en el que se identifican distintas etapas e ideologías
     . rosista 1930/1945
     . forjista antes de 1945
     . enfrentamientos peronistas- antiperonistas 1945/ 1955
     . peronista 1955/1976
     . de la izquierda nacional desde fines de los ’60
- Historia social

Características:
- La Historiografía decimonónica que originó la Historia Oficial.
La historiografía argentina comienza en la 2da mitad del siglo XIX con un grupo de intelectuales que socializaron su obra historiográfica en redes personales y circuitos político- culturales de la élite:

Los relatos fundacionales fueron la Historia de Belgrano (1859) y de San Martín(1877) escritos por Bartolomé Mitre y la Historia de la Rca Argentina escrita por Vicente Fidel López. Ambos polemizaban sobre el modo de abordar la historia y de esas polémicas triunfó la posición de Mitre a tal punto que los siguientes historiadores se adscribieron a su línea.

Los textos historiográficos del siglo XIX se caracterizan por:
-La minuciosidad extrema en detalles fácticos, la búsqueda de respaldo en los detalles.
-La crítica sistemática con el objetivo de adquirir autoridad intelectual desacreditando al oponente para construir su propia legitimidad como historiadores.
-El discurso histórico narrativista, acontecimental.
-La discusión metodológica entre Mitre y López (1881/83) y Groussac (1897/1916), terminó funcionando como un esquema de ajuste del conocimiento histórico a partir del cual comenzaron a identificarse criterios de construcción del discurso sobre el pasado:
1-Documentos (pruebas materiales de una narración).
2-Perfectibilidad y provisionalidad del texto historiográfico.
3-Crítica hermenéutica (previa) del documento; fijar criterios de crítica documental y de selección de fuentes.
Ellos crearon la Historia Oficial, la que siempre nos contaron y nos enseñaron, la que escribieron los vencedores de las guerras civiles del siglo XIX: oligárquica, porteñista, liberal en lo económico, conservadora en lo político, anticriolla, la historia de aquellos cuyo proyecto de país estaba resumido en el dilema sarmientino CIVILIZACIÓN (lo europeísta- porteño) o BARBARIE (lo criollo- provinciano).
Para ellos civilizar fue desnacionalizar: sustituir a los habitantes criollos, gauchos, indios y mulatos que no servían para su proyecto “civilizador” por inmigrantes europeos; descalificar lo autóctono y admirar lo extranjero; no se trataba de hacer un país para las grandes mayorías sino para los poderosos; se estableció así una condición esencial de la dependencia argentina de intereses ajenos a los nacionales en complicidad con la dirigencia económica y política.
Otros historiadores de fines del siglo XIX y principios del XX: José María Ramos Mejía, Juan Alvarez, Juan Agustín García, Joaquín V. Gonzalez, y dos autores que no generaron una tradición histórica pero que son considerados precursores del revisionismo: Adolfo Saldías y Ernesto Quesada (ambos investigaron y escribieron sobre Rosas y su tiempo (1883 y 1898).

Nueva Escuela Histórica: Proceso de profesionalización a principios del siglo XX.
La profesionalización de la tarea de los historiadores en Argentina se inició a principios del siglo XX, con un grupo heterogéneo de historiadores a quienes (en 1916 Juan Agustín García) se denominó “Nueva Escuela Histórica”.
Entre ellos se encontraban: Luis María Torres, Emilio Ravignani, Diego Luis Molinari, Rómulo Carbia, Ricardo Levene, Narciso Binayán.
No tenían formación profesional específica (con excepción de Carbia), pero fueron los creadores de la historiografía profesional en la Argentina. Para ello crearon espacios institucionales: la Sección de Investigaciones Históricas creada en 1905 en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (Ravignani fue su director a partir de 1920) se convirtió en Instituto en 1921; y La Junta de Historia y Numismática Americana creada en 1893 (Mitre fue su 1º presidente, y Levene desde 1927) se convirtió en Academia Nacional de la Historia en 1938, publican la Historia de la Nación Argentina en 10 tomos de los que abrevaron los manuales escolares.
Había una clara articulación entre prácticas hitoriográficas y política: la Academia nucleaba a los conservadores y el Instituto a los radicales.
Fomentaron la formación de historiadores con la apertura de profesorados.
Sostuvieron publicaciones que adjudicaron a la historia un carácter científico y un lugar importante en la formación de la conciencia nacional.
Competían por obtener la hegemonía, pero tuvieron en común la forma de entender el oficio de historiador, sentaron las bases de las reglas del oficio con la búsqueda de documentos y el uso sistemático del método de la crítica documental. Y el contenido de su obra fue la Historia Oficial convertida en historia política.
- Contra esa versión surgió el Revisionismo histórico
Buscando sus características distintivas, Alejandro Cattaruzza considera que los revisionistas son un grupo de intelectuales que intervienen en el encuentro entre cultura (en la que incluye a las instituciones historiográficas) y política, sin posicionamientos uniformes. Desarrollaban sus actividades en función de “cambiar la versión dominante del pasado argentino por otra, más verdadera y más adecuada a los intereses nacionales”.

Identifica etapas:
• en los años ’30 el revisionismo rosista, en 1938 fundan el Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas y publican revistas y el boletín del instituto. Sus representantes son Julio y Rodolfo Irazusta, Carlos Ibarguren, Ernesto Palacio, Manuel Gálvez.
• entre 1945 y 1955 el peronismo provocó conflictos internos, y las aguas se dividieron en peronistas y antiperonistas.
• entre 1955 y 1973 el revisionismo peronista, en 1957 Perón publica “Los vendepatria” y adhiere al revisionismo. Y el revisionismo se peroniza. Sus representantes son Arturo Jauretche, Jorge Abelardo Ramos, Manuel Gálvez, Fermín Chávez, José María Rosa, Juan José Hernández Arregui, Ortega Peña.
• Desde fines de los ’60 y principios de los ‘70 el revisionismo socialista que recibe aportes de la izquierda nacional integrando la perspectiva marxista al revisionismo (con Jorge Abelardo Ramos, Rodolfo Puiggrós, Norberto Galasso y Eduardo Astesano). Es la época de gloria del revisionismo, se enseña en las universidades; esta etapa termina en 1976 con el golpe de Estado.
• Pacho O’Donnell dice que asistimos a un nuevo empuje del revisionismo al que algunos llaman neo-revisionismo a partir de la crisis del 2001, que despertó en muchos el interés de comprender el presente a partir de una historia nacional, popular, que no deforme ni retacee. Se encuentra en este grupo, junto a Eduardo Luis Duhalde, Hugo Chumbita, Daniel Balmaceda.
Los representantes de cada etapa figuran a modo ilustrativo, ya que varios pueden clasificarse en más de una de ellas.
En síntesis, desde sus inicios pueden detectarse un “revisionismo de derecha” y un “revisionismo de izquierda”, el primero pone el énfasis en el Rosas del orden, defensor de la soberanía; el segundo en la igualdad de clases, el nacionalismo, el sufragio, características que en opinión de José María Rosa hacían que “el gobierno de Rosas pueda llamarse socialista”.
J.J. Hernández Arregui en su “Imperialismo y Cultura” dio una nómina de revisionistas señalando que a “algunos no les gusta verse en la misma lista”: Scalabrini Ortiz, Jauretche, Doll, Cooke, los hermanos Irazusta, Ibarguren, Palacio, Castellani, José María Rosa, Puiggros, Astesano, Ugarte, Spilimbergo, Ramos.
Para los claustros de la universidad, es decir para los historiadores de la Historia Social, el revisionismo “es más un objeto de estudio que un interlocutor”.

Rasgos que permiten identificar una versión revisionista:
Jorge Oscar Sulé, académico de número del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, afirma que se está en el Revisionismo Histórico cuando se han detectado tres factores:
1) El factor externo proyectándose sobre nuestro país y no con fines benéficos.
2) El pueblo que defiende el patrimonio nacional espiritual y material; encontrando los jefes que lo interpretan.
3) Minorías con poder económico, político, cultural y social que juegan de espaldas a los intereses argentinos.
Los historiadores pueden poner el acento en uno u otro factor, pero, siempre que adviertan los tres mencionados, ya están en el Revisionismo Histórico, aunque esto no implica un mismo comportamiento político.
El Revisionismo está acusado de tener fines políticos -pero los que lo acusan también los tienen- y de no haber hecho aportes metodológicos a la historiografía. Su principal aporte es la CRÍTICA HISTÓRICA, válida para la obra de cualquier corriente historiográfica, porque lo que develó el revisionismo es que la Historia Liberal implementó una Política de la Historia que no se limitó a una interpretación del pasado sino a educar a las nuevas generaciones con esa interpretación como verdad absoluta, y para ello se volcó a los manuales escolares, a efemérides, a nombres de pueblos, calles, plazas. Creó un modelo para pensar(nos) favorable a la elite vencedora y lo impusieron.

- Historia Social.
A mediados de la década del ’50 un grupo de cientistas sociales de diferentes disciplinas (historia, sociología, economía) inician una renovación de la historiografía argentina en dos aspectos: enfoque interdisciplinario para actualizar los estudios históricos y construcción de un perfil profesional competitivo (crean centros de Investigación el Instituto Di Tella y el IDES Instituto de Desarrollo Económico Social; publican revistas especializadas y dos compilaciones “Argentina Sociedad de Masas” (1965) y “Los Fragmentos del Poder” (1968). Dejan el discurso narrativo por el analítico; desaparece el discurso polémico; abandonan la historia de hechos (acontecimental) por la historia de procesos, los protagonistas individuales por el colectivo social. Hacen historia política buscando explicaciones desde la historia económica y social. Es la historiografía académica actual, se hace desde la universidad.
Los iniciadores de esta corriente fueron José Luis Romero y Gino Germani. Otros representantes: Alberto Ciria, Guido Di Tella, Tulio Halperín Donghi, Roberto Cortés Conde, Aldo Ferrer.Según N. Galasso, con el golpe militar de 1955 que sepultó al revisionismo y a sus representantes, la Historia Oficial se recicló rebautizándose como HISTORIA SOCIAL, que incorporó criterios y técnicas actualizadas en un cambio cosmético. Lo confirma uno de sus principales ideólogos, T.Halperín Donghi, al afirmar (en “Ensayos de historiografía”) que esta corriente se proponía “ilustrar y enriquecer pero cuidando de no poner en crisis a la línea tradicional”.

Ejemplo de una argumentación historiográfica:

Juan Manuel de Rosas, teniendo en cuenta las distintas corrientes historiográficas, fue:

- un tirano que gobernó mediante métodos despóticos, instaurando un régimen de terror e intolerancia política, responsable de numerosos asesinatos políticos, el gobernante que obstaculizó el arreglo constitucional del país;

- un hacendado y agricultor progresista, un líder aclamado por los sectores más pobres de la población, un gobernante sagaz que supo comprender la necesidad de pacificar el país antes de organizarlo constitucionalmente, un defensor de la soberanía nacional frente a las agresiones de las potencias europeas más poderosas.
Resulta muy interesante que historiadores académicos actuales (quiero decir con formación disciplinar y metodológica), en nuevos análisis de este personaje y período histórico, llegan a conclusiones similares a una u otra versión. Es que la historia es siempre una versión, una interpretación, y como dice José Pablo Feinmann:
“Hay tantas interpretaciones de nuestro pasado histórico como proyectos políticos en vigencia coexisten en nuestro presente.” 

 historiograficas que caracterizan a la historia nacional.

Memorias de las Batallas

Belgrano y la Batalla de Tucumán

Subido por Rubén Romero. Abajo están las fuentes.

La batalla de Tucumán tiene un significado especial en la causa de la Revolución, dado que frenó la avanzada realista, y es el primer acto del triunfo argentino del norte, del cual el segundo es la batalla de Salta. Más allá de la trascendencia que tuvo la batalla librada en Tucumán el 24 de septiembre de 1812, desde el punto de vista político, también es significativa desde el aspecto militar.

El 24 de septiembre de 1812 Belgrano venció en la batalla de Tucumán, librada en el campo de las Carreras. Con su victoria detuvo el avance de las tropas del virrey del Perú que pretendían sofocar la Revolución de 1810. Complejo Museográfico Enrrique Udaondo, Luján.

Las batallas de Tucumán y Salta, son las únicas de carácter campal dadas contra los españoles en el territorio argentino. Y esto les da a esos triunfos un significado singular. 1.

Nos referiremos a la batalla de Tucumán. Resulta de sumo interés, el testimonio que aporta el general José María Paz en sus Memorias, acerca de la retirada de Belgrano del norte, después de hacerse cargo de los restos del ejército patrio derrotado en el Desaguadero. Belgrano se retiraba desde Jujuy, en dirección a Tucumán, hacia fines de agosto de 1812. El ejército contaba con sólo 1.500 hombres, casi desorganizado y desprovisto de todo. Por detrás venía en su persecución, el general Tristán, destacado por Goyeneche con un ejército español de más de 3000 hombres.

A pesar que las avanzadas del ejército realista venían picando peligrosamente la retaguardia del ejército patriota, Belgrano se mantuvo sereno y valiente. Con su actitud logró que sus soldados no cayeran en el pánico. En esas circunstancias adversas, era cuando Belgrano mostraba su verdadera estatura moral. Según Paz: “jamás desesperó de la salud de la patria, mirando con la más marcada adversión a los que opinaban tristemente sobre ella”. 2


El valor de Belgrano se reflejaba en su actitud: “era siempre en el sentido de avanzar sobre el enemigo, de perseguirlo; o si era éste el que avanzaba, de hacer alto y rechazarlo”. 3 El triunfo premió a los tropas patriotas en la acción de Las Piedras, el de septiembre de 1812, contra las avanzadas realistas del coronel Huici.

Plano de la batalla de Tucumán realizado por el Gral. Mitre e incluido en su libro de Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina.

Es importante señalar que Belgrano desobedeció la orden del Triunvirato que le ordenaba trasplantar a Córdoba la fábrica de fusiles que funcionaba en Tucumán, y desmantelar, desguarnecer y abandonar enteramente Tucumán, para establecerse en Córdoba, frente a la avanzada realista. La desobediencia de Belgrano selló la suerte de nuestras provincias del Norte, dado que obedecer las órdenes del Triunvirato, que sólo atinaba a salvar la Capital y su gobierno, hubieran significado la pérdida del norte argentino. Belgrano se debió enfrentar a los enemigos realistas y a las órdenes del gobierno, que actuaba de una manera egoísta. Con su actitud, Belgrano salvó la causa de la Revolución. Y éste es el enorme mérito de esta batalla.


Belgrano simuló tomar un camino que se dirigía a Santiago del Estero, sin tocar en Tucumán. Así, el prócer se propuso engañar a Tristán que creyó que Belgrano abandonaba Tucumán, con lo cual, descuidó las más elementales precauciones de orden militar, dando lugar a la captura en Trancas, de Huici. Belgrano se detuvo con sus tropas en La Encrucijada, lugar cercano a la ciudad de Tucumán, y despachó para Tucumán a Juan Ramón Balcarce, “dándole las más amplias facultades para promover la reunión de gente y armas y estimular al vecindario a la defensa”. 4


El vecindario tucumano respondió con entusiasmo al pedido de Balcarce, y el Cabildo envió una diputación a Belgrano, para persuadirlo a quedarse en Tucumán, y con todo el apoyo de este pueblo, organizar la defensa y presentar combate al invasor. Belgrano consiguió que se le otorgara dinero y gente en cantidad apreciable, por lo cual se dirigió a la ciudad de Tucumán, decidido a enfrentarse con el enemigo. Belgrano contó con doce días para organizar sus tropas. Su plan consistía, como dice Mitre en “esperar al enemigo fuera de la ciudad, apoyando su espalda en ella”, y después, “en caso de contraste, encerrarse en la plaza”. Para lo cual, cuenta Paz que en ella “se fosearon las bocacalles y se colocó la artillería” que no iba a llevarse a la acción. 5.


Rudecindo Alvarado (1792-1872). Combatió en las batallas de Tucumán a las órdenes de Belgrano y bajo el mando de San Martín en Chacabuco y Maipú. En 1826 Bolivar lo designó Gran Mariscal del Perú. Fué Gobernador de Salta en 1831. Museo   Histórico Nacional

Los vecinos principales se ocuparon en alistar gente de la campaña para engrosar el ejército, también reunieron caballadas y proporcionaron reses para el mantenimiento de los defensores.

Llegaron contingentes reducidos de Catamarca y Santiago. Así se formaron los cuerpos de caballería de las provincias del Norte, llamados Decididos. Muchos de estos soldados tuvieron que improvisar hasta sus lanzas con cuchillos enastados en palos y tacuaras.

El ejército invasor tuvo que soportar el vacío y el silencio que hallaron a lo largo del camino. Eran hostilizados por las partidas criollas y el 23 de septiembre, el general Tristán, tuvo la máxima sorpresa, al avistar la ciudad de Tucumán y advertir la presencia de Belgrano y su ejército en ella.

El 24 de septiembre se encontraron el ejército realista y el patriota en la batalla de Tucumán, y a pesar de que el ejército realista contaba con 4000 hombres y el patriota con sólo 2000, la suerte sería favorable para los patriotas. Según palabras de Paz, “es el de Tucumán uno de los combates más difíciles de describirse, no obstante el corto número de los combatientes”. Continúa: “Que la izquierda y centro enemigos fueron arrollados; nuestra izquierda fue rechazada y perdió terreno en el desorden, en términos que el comandante Superí estaba prisionero por una partida enemiga, que luego tuvo que ceder a otra nuestra que la batió y lo represó. El enemigo, por consecuencia del diverso resultado del combate en sus dos alas, se vio fraccionado, a lo que se siguió una gran confusión”. 6

Desde el punto de vista estrictamente militar, la batalla se reduce a lo que refiere Paz. Porque lo que sigue, que acaba en victoria, se debió a distintos factores: religiosos, populares, psicológicos, naturales, etc.

A mitad de la batalla, ocurrió algo sobrenatural que contribuyó a desbandar las tropas realistas y a llenarlos de pánico. Fue un vasto huracán que llegó furioso del sur. Según el relato de Marcelino de la Rosa, a quien se lo contaron protagonistas de esta batalla: “El ruido horrísono que hacía el viento en los bosques de la sierra y en los montes y árboles inmediatos, la densa nube de polvo y una manga de langostas, que arrastraba, cubriendo el cielo y oscureciendo el día, daban a la escena un aspecto terrífico”. 7

Cnel. Cornelio Zelaya (1782-1855). Fue uno de los subordinados más distinguidos que contó Belgrano en la batalla de Tucumán.

Otro factor muy importante, además del viento y de las langostas, fue la acción de la caballería gaucha, tucumana en su mayor parte, del ala derecha. Esta llevó su carga sobre el enemigo, de un modo formidable. La caballería enemiga de Tarija, al verlos llegar, se asustó y huyó. Ni la infantería española pudo contenerlos : pasaron por encima y, cuando se dio cuenta, los encontró a su retaguardia. La caballería gaucha al llegar a los bagajes y las mulas enemigas, cargadas de oro y de plata, se dispersaron y se dedicaron a despojar de todo esto a nuestros enemigos. A pesar de las críticas de Paz, quizás esta actitud contribuyó a acobardar al ejército enemigo y a hacerlo retirar, dándose por vencido.

Después del encuentro de los dos ejércitos, reinó la confusión. La infantería patriota quedó dueña del campo de batalla, pero, viéndose sola, se replegó sobre la ciudad., y entró en ella para acantonarse y preparar su defensa. bajo el mando del coronel Eustoquio Díaz Vélez, mientras Tristán con el resto de su ejército llegó hasta la goteras de Tucumán, donde se estacionó como sitiándola. Belgrano, acompañado del coronel Moldes y algunos soldados, fue hasta el Rincón, sin saber los resultados de la acción. Paz va a ser quien se encuentre con Belgrano y le informe que en la ciudad se encontraba fuerte toda su infantería, con lo que Belgrano, conociendo el triunfo de la caballería tucumana, supo de su triunfo.

Tristán tuvo una actitud indecisa. Pero en la tarde del 25, se convenció de que no tomaría la ciudad, y vio que era amenazado de afuera por columnas patriotas que en torno a Belgrano se irían engrosando, por lo que se dio por vencido y esa misma noche emprendió la retirada en dirección a Salta. 

Sobre su trascendencia, dijo Mitre: “Lo que hace más gloriosa esta batalla fue no tanto el heroísmo de las tropas y la resolución de su general, cuanto la inmensa influencia que tuvo en los destinos de la revolución americana. En Tucumán salvóse no sólo la revolución argentina, sino que puede decirse contribuyó de una manera muy directa y eficaz al triunfo de la independencia americana. Si Belgrano, obedeciendo las órdenes del gobierno, se retira (o si no se gana la batalla), las provincias del Norte se pierden para siempre, como se perdió el Alto Perú para la República Argentina’’. 9
Según el historiador Vicente Fidel López esta batalla fue “la más criolla de todas cuantas batallas se han dado en el territorio argentino”. Y eso es para él, “lo que la hace digna de ser estudiada con esmero por los oficiales aplicados a penetrar en las combinaciones con que cada país puede y debe contribuir de lo propio a la resolución de los problemas de la guerra”. 8

1-Véase : MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, la batalla del pueblo. En: Manuel Belgrano, los ideales de la Patria. Buenos Aires, Instituto Nacional Belgraniano, 1995, p.59.
2-MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit., p.59.
3- MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit., p. 59.
4- MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit., p. 61.
5- MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op.cit., p. 62.
6- MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit.,p. 63.
7- MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit., p. 63.
8-MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit., p. 65.
9-MANUEL LIZONDO BORDA, Tucumán, op. cit., p. 65.


viernes, 2 de noviembre de 2012

Capitana Martina Silva de Gurruchaga

Por  Juan Carlos Jones Tamayo

Nació en la ciudad de Salta el 03 de Noviembre de 1790 y fue bautizada en la Iglesia de San Juan Bautista de La Merced por fray Felipe Cazalez, guardián de San Francisco.

Su padre era Don Marcelino Miguel de Silva, quien siendo oriundo de Buenos Aires se radicó en Salta en el último cuarto del Siglo XVIII como Secretario del Tribunal de la Real Audiencia recién creado, ejerciendo más tarde y con alternativas hasta el año 1826 el cargo de Escribano Secretario del Cabildo de Salta.

Su madre fue Doña María Isidora Fernández de Córdoba, salteña, descendiente de los nobles españoles que se establecieron en Salta desde los primeros tiempos de la colonia.

En 1810 contrajo enlace con Don José Fructuoso de Gurruchaga, patriota salteño que acababa de regresar de España donde había trabajado generosamente con su hermano Francisco, con Miranda, los Moldes, San Martín, Pueyrredón, O’Higgins y otros americanos para preparar la revolución que convulsionara América.

Tuvo, esta mujer de carácter, activa participación en la Batalla de Salta, en el apoyo material y espiritual al General Belgrano y la causa de la Revolución de Mayo, como así también en la llamada “Guerra Gaucha”:

En el libro “Historia del General Güemes y de la Provincia de Salta, o sea de la Independencia Argentina”, Tomo II, de Bernardo Frías ( Ediciones Depalma-Buenos Aires-1971)
En la página 487, el autor describe los preparativos secretos de los patriotas en Salta para el apoyo a brindar a Belgrano cuando llegase a dicha ciudad, luego de su triunfo en la Batalla de Tucumán. Téngase en cuenta que Salta se encontraba ocupada por las tropas realistas, incrementadas con aquellas que se habían retirado de Tucumán a ordenes del General realista Pío Tristán ( Nov 1812). Y dice:
“Por otra parte, se alistaban recursos y aun se preparaban ocultamente soldados para auxiliar a Belgrano, cuando llegara; como que Doña Martina Silva, que tenía su casa en los Cerrillos pocas leguas al sur de la ciudad, con toda cautela preparó, armó y equipó con sus propios recursos, una compañía de soldados, los cuales presentaríaa Belgrano el día de la batalla, bajando al campo por las lomas de Medeiros; por cuya brillante actitud muy agradecido aquel general, la premiaría merecidamente.”
El mismo autor y en la misma obra citada en el punto anterior, en su relato del desarrollo de la Batalla de Salta (20 de febrero de 1813), en la página 506, dice:
“ Aparecía también en aquellos momentos, coronando las lomas de Medeiros, gran porción de paisanos a caballo, que al verlos así a lo lejos, como en Suipacha, produciría acaso en el ánimo de las tropas la idea asustadiza de que un nuevo ejército les venía por la espalda, y acabaría por decidirlos a la fuga. La tal aparición se debía a la combinación de algunas decididas señoras patriotas de la ciudad, que aquella mañana montaron a caballo y que apoyándose en la pequeña fuerza que había preparado una de ellas, doña Martina Silva, recorrieron la tierra que quedaba a espaldas de aquellas lomas, que era muy poblada de campesinos agricultores, los recogieron a todos y los arrearon a la batalla.”

Dijo el General Belgrano, dirigiéndose a ella,”Señora, si en todos los corazones americanos existe la misma decisión que en el vuestro, el triunfo de la causa por la que luchamos será fácil”.

Además de los numerosos y valiosos auxilios con que su esposo contribuyera para sostener la Guerra por la Independencia Nacional, ella donó de su propio peculio, en 1820, dos mil pesos fuertes (Aspecto que se encuentra debidamente asentado en fojas 3 del expediente archivado bajo el Nro 171 en la Sección Deuda de la Independencia de la Contaduría General de la Nación. En el mismo expediente, en la foja 2 vuelta, se hace constar que Don José de Gurruchaga “ha ofrecido facilitar cuanto se necesite para sostener la guerra de la Independencia”.)
Falleció en Salta el 05 de Marzo de 1873, rodeada del cariño de su familia y del respeto de la sociedad salteña que perdió con ella a una virtuosa matrona y a una preclara patricia de los días gloriosos de la revolución.

Las mujeres y la gesta de la Independencia

 ¿Y que pasó con las mujeres y su participación en la gesta por la independencia? 
Un breve racconto del  papel protagónico de dos  heroínas locales....

Juana Azurduy fue una mujer frontal y unica en su clase

Es interesante destacar la presencia de la mujer en los Ejércitos Patriotas y en los Realistas. Las "mamitas" altoperuanas, venidas tras las milicias para acompañarlas y servir, ya que el sistema de rancho aún no era conocido, acompañaban a las tropas. Su función era “preparar la comida de sus relacionados” y por eso se las toleraba. Al iniciarse la batalla de Salta, estas mujeres huyeron de la ciudad entre gritos y llantos, anunciando el resultado del encuentro, una victoria tan decisiva de las fuerzas patriotas, que a los 3 días no quedaba español en Salta.
Las mujeres fueron utilizadas como “bomberos” –espías- y al ser descubiertas en algunas ocasiones recibían duros castigos. Belgrano estando acampado en Tucumán, antes de dirigirse al Alto Perú, recibía por intermedio de ellas todas las noticias referentes al ejército realista, así como todo tipo de información venida del Alto Perú.

En las filas patriotas se destacaron muchas mujeres del norte de nuestro país. Una de ellas, Martina Silva de Gurruchaga –1790-1873- llegó a alistar una compañía de soldados en Los Cerrillos, a pocas leguas al sur de la ciudad de Tucumán. Belgrano en recompensa de su accionar, le ofreció un riquísimo manto, en cuya orilla mandó bordar la siguiente leyenda: “A la benemérita patriota capitana del ejército doña Martina Silva de Gurruchaga”. (1)

Dijo el General Belgrano, dirigiéndose a ella,”Señora, si en todos los corazones americanos existe la misma decisión que en el vuestro, el triunfo de la causa por la que luchamos será fácil”.

Martina Silva de Gurruchaga, capitana del Ejercito

Apartado Belgrano de la jefatura del Ejército del Norte, a fines de 1813, las mujeres salteñas se destacaron al quedarse en el territorio y servir de enlace con las fuerzas de Güemes. Todas las mujeres participaron de esta epopeya, desde la negra esclava hasta la matrona más encumbrada. Podemos citar entre otras: Juana Moro de López, Celedonia Pacheco de Melo, Magdalena Gúemes de Tejada, hermana de Juan Martín de Gúemes, Juana Torino, María Petrona Arias, Andrea Zenarruza de Uriondo, quines se dedicaron al espionaje. (2)
En esta tradición se inscribe el accionar de Juana Azurduy de Padilla, nacida en Chuquisaca en 1787, quien murió en la misma ciudad en 1862. En el segundo período de la actuación de Belgrano como General en Jefe del Ejército del Norte –1816-1819-se llevó a cabo en el Alto Perú, las Guerras de las Republiquetas: “Cada valle, cada montaña, cada desfiladero, cada aldea, es una republiqueta, un centro local de insurrección, que tiene su jefe independiente, su bandera y sus termópilas vecinales”.(3)
Estos grupos locales se hacían cargo de la lucha contra los realistas. Precisamente, Manuel Ascensio Padilla, esposo de Juana Azurduy, mantenía en insurrección una vasta zona, acompañado por su esposa. Combatieron en Presto, Tarabuco y La LAGUNA. El 14 de septiembre de 1816, los patriotas fueron sorprendidos en Viluma. Padilla murió en la acción, al intentar salvar a su esposa y cayó una de las mujeres que acompañaban a Juana Azurduy. Los realistas la confundieron con ella, ya que llevaba puesta una prenda de Juana. Ambos fueron degollados y sus cabezas expuestas. Juana, quien consiguió escapar herida, se puso nuevamente al frente de las tropas, ahora usando ropa de luto. Realizó campañas en Chuquisaca y Santa Cruz. Sus cargas de caballería, dirigidas al vuelo de su caballo, se hicieron temibles. Belgrano, siempre dispuesto a premiar el valor y el patriotismo, envió un oficio al gobierno de Buenos Aires, en el que se refería a la bandera que Juana obtuvo como trofeo del enemigo, y en contestación le comunicaron que se había expedido el despacho de teniente coronel de milicias partidarias de los Decididos del Perú a la “amazona doña Juana Azurduy”. (4)

Al año siguiente de la muerte de su marido, se retiró a la vida privada en Pomamba, luego fue a Salta, donde vivió hasta 1825, año en que regresó a Charcas. Para trasladarse a Chuquisaca (Charcas), solicitó ayuda al gobierno de Salta, quien por oficio del 2 de mayo de 1825, le otorgó 4 mulas y la cantidad de 50 pesos para los gastos de su marcha.

Posteriormente Simón Bolívar la visitó en su humilde vivienda, acompañado por Sucre, el caudillo Lanza y otros, expresándole su reconocimiento y homenaje. Le otorgó una pensión mensual de 60 pesos, que luego Sucre aumentó a 100. Ésta le fue pagada puntualmente durante dos años; luego debido a la inestabilidad política que se vivía en Bolivia, la cobró en raras ocasiones. Esto le obligó a presentar su queja dado que esa pensión le correspondía por los servicios prestados por ella y su marido en la gesta independentista, y se lamentaba de la crítica situación que estaba viviendo, teniendo una hija a su cargo.

Lamentablemente los últimos años de su vida la encuentran viviendo en condiciones de pobreza. De su actuación en el ejército conservaba una cajita con sus recuerdos más preciados: las comunicaciones de Belgrano nombrándola Teniente Coronel y algunas condecoraciones.
Murió el 25 de mayo de 1862 en su ciudad natal. Sus restos fueron sepultados en una fosa común: “Se sepultó en el panteón general de esta ciudad en fábrica de un peso”, según consta en la partida de defunción. (5)
Muchos años más tarde recién la historia se ocuparía de rendir los honores correspondientes a esta amazona de la libertad americana, la Teniente Coronel Juana Azurduy de Padilla.-
1- Lily Sosa de Newton, op. cit., p.p. 54-55.
2- Pacho O Donnell, Juana Azurduy. La Teniente Coronela. Buenos Aires, Planeta, 1994, p.p.189-190.Véase también: Emilio Bidondo, Alto Perú: insurrección, libertad; independencia. Buenos Aires, 1989.
3- Adolfo P. Carranza, Patricias argentinas. Buenos Aires, 1910 y Lily Sosa de Newton, Las argentinas de ayer a hoy. Buenos Aires, Librería y Editorial L.v.Zanetti S.A., 1967, p. 46.
4- En otras áreas hispanoamericanas también encontramos mujeres que lucharon en los ejércitos patriotas como las “soldaderas” mejicanas o las “juanas” colombianas. Véase: Lily Sosa de Newton, op. cit. y Bernardo Frías, Historia de Gúemes y la provincia de Salta. Tomos II y III, 1907 Y 1911.
5- Lily Sosa de Newton, op. cit., p.p. 53-54.

Las Insignias Patrias

Envestir una Batalla con condecoraciones a sus vencedores era moneda corrientes en el siglo XIX. 
En este documento bibliografico se acercan distintos aspectos de como se construyen las gestas guerreras durante el siglo XIX.
Cuanto se conoce de la heraldica, de los blasones y de las insignias antes y luego de que surge un vencedor en una contienda... Un tema interesante para conocer.
El escrito tiene un racconto de distintas batallas, entre ellas la Batalla de Salta, librada por tropas nacionales al mando del Gral. Manuel Belgrano

http://www.turismosalta.gov.ar/images/uploads/la_estrella_de_salta.pdf